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Preguntarnos por nuestra creatividad esconde un tesoro intenso y hermoso
- 25 de junio de 2018
- Publicado por: Julián Bozzo
- Categoría: Aladuría Creativa
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(…) Una idea recurrente en nuestra educación es que nos han vendido que ser creativo es tener una idea única y con ella resaltar frente al grupo. Es decir, que ser creativo es ser distinto y, además, agradar a la máxima gente posible.
Si para mí, ser creativo es despuntar frente a los demás, hacer que el grupo me diga lo maravilloso que soy y que todos se asombren con mis habilidades, entonces estaré preguntando, en esencia, otra cosa. Estaré preguntándome cómo ser increíble frente a los demás usando mi ingenio, pero no cómo ser creativo.
Si mi modelo de creatividad es Steve Jobs y yo no sé cómo hacer para crear una marca y unos productos que revolucionen la tecnología mundial o si mi modelo es Picasso y no sé cómo hacer para desdoblar un dibujo y crear un nuevo enfoque en el arte contemporáneo, sin duda, podré sentirme hundido antes de empezar porque jamás seré “creativo” como ellos. Pero, si mi modelo de ser creativo es el jardinero de mi urbanización o la madre que cocina para su familia, mi idea sobre la creatividad será muy distinta. Los primeros son ejemplos inabarcables y el simple hecho de relacionarnos con ellos hacen que nos bloqueemos antes de empezar. Sin embargo, frente a la madre o el jardinero, todos pasamos desapercibidos. Ambas son expresiones creativas, pero parece que no tienen la misma aceptación social. Quizá sea porque no nos enseñaron a ver la belleza de un jardín, pero sí a ver la ingeniosidad de Apple. Quizá consumimos más smartphones que jardines y atardeceres, quizá nuestra idea de creatividad no está encaminada a ver la belleza, sino a despuntar frente a los demás desde la mordiente concepción del éxito.
¿Cómo puede ser que uno crea que no es creativo?, ¿Qué nos han dicho en la escuela o en la sociedad para tener esa idea tan reductora?, ¿Qué nos ha pasado para desdibujar nuestra ilusión y el contacto con lo que éramos, con lo que somos, con lo espontáneo, con lo diferente y lo único?, ¿Qué nos pasó para convertirnos en fotocopias, en versiones de versiones de versiones de versiones del niño que un día fuimos?
Trataremos de responder a estas preguntas y tantas otras más no sin antes percatarnos de un detalle muy importante: Preguntarnos por nuestra creatividad esconde un tesoro intenso y hermoso porque se trata de una pregunta llena de heridas. Es como si alguien se pregunta “¿Cómo se ama?”. En realidad, esa persona estaría manifestando todos los golpes amorosos que ha recibido y busca, por encima de todo, una fórmula para no volver a caer en los dolores nocturnos y en los hospitales del alma.
El problema en esta pregunta sobre el amor es el mismo que frente a la creatividad. Nos han vendido una idea de amor insostenible e imposible y nosotros, que nos hemos educado con esa referencia en nuestras cabezas, hacemos todo lo posible por encajar dentro de ella, pero nunca lo conseguimos porque es una imagen falsa y, al no hacerlo, nos llenamos de culpa y sufrimiento; nos castigamos por no ser capaces de amar como nos dicen en las películas o como se supone que debería y con tal de cumplir con esa proyección seremos capaces de disfrazarnos de cualquier personaje; todo por el simple deseo de poder encajar y sentirnos queridos, por el deseo de que el otro nos ame… un “otro” que estará en las mismas circunstancias que yo, tratando de ajustarse a una imagen distorsionada y fantasiosa del amor. Dolorosa experiencia que al final no hace que se amen dos personas, sino dos imágenes buscando un reconocimiento que nunca llegará.
Esa concepción de creatividad, amor, éxito, felicidad, etc, son creencias mediadas por la educación, la familia y la sociedad. El deseo de los siguientes apartados consistirá en desarmar y dar lucidez a algunos de los mecanismos que ejercieron sobre nosotros.
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Fragmento extraído de mi libro “Aladuría” A la venta en España y México. Fnac, Carrefour, Amazon y la web de Mueve Tu Lengua.
Autor:Julián Bozzo
LICENCIADO EN PEDAGOGÍA SOCIAL Y ARTÍSTICA. FORMADO EN ANTROPOLOGÍA CULTURAL, TERAPIA GESTALT, PEDAGOGÍA Y DIDÁCTICA CRÍTICA.
Director de ImproVersa, Mundo Aladuría, Hembra Maga.
A través de sus cursos y formaciones ayuda y asesora a cientos de a desarrollar su creatividad desde el contacto con la Aladuría. Ya sea en cursos grupales o sesiones individuales.
Es autor de dos discos (uno de ellos, En el corazón de la Hembra Maga fue preseleccionado para los Latin Grammy 2017) y autor del libro "Aladuría: El camino hacia la esencia creativa".
Considerado uno de los máximos exponente en Canto Improvisado y Poético del Mundo, la escuela ImproVersa es la primera escuela en idear un método claro para aprender dicha técnica.
Referente mundial en Canto e Improvisación colabora constantemente con escuelas y Universidades de todo el mundo.
Aladuría, su tesis doctoral es una ensayo sobre "cómo la creatividad es un arma política que tiene intereses políticos y económicos".
Se especializó en didáctica crítica grupal y de ahí nace su formación en "Aladuría Creativa".